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lunes, 26 de septiembre de 2011

Capítulo 3. 3. Demonios y Dioses.





Capítulo 3.3. Demonios y Dioses

Pienso que es adecuado terminar este capítulo con un breve sumario de los conceptos erróneos que nos encontramos sobre la existencia de espíritus malignos, y de su influencia espiritual sobre la Tierra. Si, por cualquier circunstancia, lo que digo va en contra de las creencias del lector, debe entender que lo que afirmo se basa en los informes que me facilitan mis pacientes, en estado de hipnosis, esto es, en mi práctica profesional habitual. Mis pacientes no ven al diablo o a espíritus demoníacos flotando alrededor de la Tierra. Lo que sienten, en cambio, es una abundante negatividad energética exudando de intensas emociones humanas provenientes de la cólera, el odio o el miedo. Estos patrones de pensamiento destructivo son atraídos por la conciencia de otros pensadores negativos que recolectan, y diseminan, todavía más desarmonía. Toda esta negra energía en el aire trabaja en detrimento de la sabiduría positiva existente en la Tierra.
        La antigua idea de los demonios se refería a seres voladores, que ocupaban las regiones situadas entre el cielo y la Tierra, y que no eran particularmente malvados. La iglesia cristiana naciente elevó el estatus de los demonios a, “diablo soberano de la oscuridad”. Como ángeles caídos, eran capaces de camuflarse como mensajeros de Dios, en lugar de Satán, con el fin de engañar a los hombres. Pienso que es aceptable decir que, dentro de las comunidades religiosas más liberales, hoy los demonios representan nuestras pasiones internas, aquellas que nos pueden meter en problemas.

En todos los años que llevo trabajando con almas, ni uno solo de mis clientes fue poseído por otro espíritu, ni inamistoso ni de ninguna otra naturaleza. Cuando hice esta afirmación en una de mis conferencias, un hombre se levantó y dijo, “todo eso está muy bien, oh gran gurú, pero hasta que no haya puesto en hipnosis al mundo entero, no me diga nada sobre la ausencia de fuerzas demoníacas”. Por supuesto que éste es un argumento válido en contra de mi hipótesis de que la posesión, los malvados demonios, o el diablo y el infierno, no existen. Sin embargo, no puedo llegar a otra conclusión cuando todos mis sujetos, incluso aquellos que me vienen con consciente creencia en fuerzas demoníacas, rechazan la existencia de tales seres cuando se ven como espíritus.
        De vez en cuando, me viene un cliente convencido de estar poseído por una entidad extraña, o algún tipo de espíritu malvado. Y he tenido otros que creen que una maldición diabólica ha caído sobre ellos por haber tenido algún tipo de comportamiento en una vida pasada. Cuando mi regresión hipnótica les lleva al estado de superconsciencia, encuentro típicamente alguna de las siguientes tres condiciones.

1. Casi siempre el temor es absolutamente infundado.
2. Ocasionalmente, un espíritu amistoso, frecuentemente un pariente muerto, trata de comunicarse. Mi perturbado cliente ha malinterpretado el intento de ese espíritu, que solo pretendía traerle bienestar y amor. Ha existido mala comunicación entre emisor y receptor. Las almas tienen pequeños problemas con la telepatía entre ellas mismas, pero ello no significa que a todas las almas les de por la comunicación con los encarnados.
3. Muy raramente, un espíritu turbado o inepto contacta, por alguna razón kármica pendiente, como vimos en el caso 14.

Los investigadores del fenómeno paranormal han establecido tres razones más, que se deben añadir a las mías, en cuanto a porqué cierta gente cree que ha sido poseída por demonios.

4. Abuso emocional o físico cuando eran niños, lo que les crea sentimientos de que el abusador adulto representa un poder demoníaco que tiene total control sobre ellos.
5. Desórdenes de personalidad múltiple.
6. Incrementos periódicos en los campos magnéticos de la Tierra, con energía suficiente como para distorsionar la actividad cerebral de un individuo desestabilizado.

La posibilidad de que un individuo pueda ser poseído por un ser demoníaco proviene de los sistemas de creencias medievales. Se basa en el miedo, y es resultado de supersticiones religiosas que han arruinado incontables vidas desde hace cientos de años. Mucho de su sinsentido se ha disipado en los últimos doscientos años, pero permanece en el fundamentalismo religioso. El exorcismo de demonios todavía se practica en algunos grupos religiosos. Frecuentemente, encuentro que los clientes que me vienen preocupados por asuntos de posesión, tienen sus vidas fuera de control, y llenas de toda una variedad de compulsiones y obsesiones personales. La gente que oye voces. ordenándoles hacer cosas malas está, probablemente, esquizofrénica y no poseída.
        Nuestro mundo físico puede tener espíritus desgraciados o juguetones flotando pero, en modo alguno, pretenden encerrarse o introducirse en las mentes de la gente. El mundo del espíritu es, con mucho, lo suficientemente ordenado como para permitir la actividad embrollante de algunas almas. Ser poseídos por otra entidad no solo podría invalidar nuestro contrato de vida sino, también, nuestra libre voluntad. Estos factores constituyen los pilares de la reencarnación, y no pueden ser comprometidos. La idea de que existen entidades satánicas, como fuerzas externas de confusión y subversión de la población humana, es un mito fomentado por aquellos que buscan controlar las mentes de otros en su propio beneficio. El diablo existe internamente, originado dentro de los confines de una mente humana dañada. La vida puede ser cruel, pero es nuestra tarea, aquí, y en este planeta.
        El asumir que nacemos malvados, o que alguna fuerza externa ha ocupado la mente de una persona dañina hace, para algunos, más fácil el aceptar la maldad. Este es un camino cruelmente premeditado de racionalización que, preservando nuestra humanidad, nos absolvería de la responsabilidad individual y colectiva. Cuando contemplo casos de asesinos en serie, o de muchachos que matan a otros chicos, podríamos etiquetar a esa gente como, “asesinos natos”, o como poseídos, o bajo una influencia demoníaca externa. El hacer eso nos evita el problema de encontrar el porqué de que esos asesinos disfruten infligiendo dolor mediante la actuación de su propio dolor.
        No existen almas monstruosas. La gente no nace malvada. Más bien, es corrompida por la sociedad en la que vive donde, practicando la maldad, satisface el anhelo de una personalidad depravada. Todo esto emana del cerebro humano. Estudios en psicopatología han mostrado que la excitación de infligir dolor a los otros, sin sufrir remordimiento, satisface el vacío que siente el que lo inflige dentro de sí mismo. El practicar la maldad, proporciona una fuente de poder, fortaleza y control a cierta gente deficiente. El odio saca la realidad de una vida aborrecible. Las mentes corrompidas de esos ejecutores les dice, “si la vida no vale la pena para mi, porqué no quitar de en medio a alguien más”.
        La maldad no es genética, auque si una familia tiene una historia de violencia y crueldad con sus niños, esos actos pasarán de una generación a otra, como un comportamiento aprendido. El comportamiento violento y aberrante de un miembro adulto de una familia es una reacción emocional interna que puede derramarse, contaminando, a otros miembros más jóvenes de la familia. Esto puede llevar a comportamientos compulsivos y destructivos, en los muchachos de esa familia. ¿Cómo afecta a nuestra alma esta genética y alteraciones medioambientales del cuerpo?
        He encontrado, en mi práctica profesional, que cuando la energía del alma se fuerza en momentos de angustia, se disocia del cuerpo. Hay almas que sienten que no pertenecen a un cuerpo. Si las condiciones son lo suficientemente severas, estas almas son susceptibles, o tienen tendencia, al suicidio y, normalmente, lo realizarán sin comprometer la vida de otras personas. Tengo más que decir sobre esta cuestión, y lo haré en los próximos capítulos. Parte de la confusión que he comentado, proviene del conflicto existente por el engranaje del carácter inmortal del alma, con el temperamento de un cerebro anfitrión con toda su carga genética. También podría existir la influencia de cerebros anormales, con su equilibrio bioquímico y hormonal comprometido, lo que afectaría al sistema nervioso central que, a su vez, contaminaría al alma huésped.
        Otro elemento que encuentro, es el de la inmadurez de las almas que tienen problemas con el manejo de la pobre circuitería mental de seres humanos perturbados. En este caso, existe una reacción entre el yo del alma, frente al yo humano. La fuerzas de un tira y afloja, entre uno y otro, libran batalla para presentar un solo ego ante el mundo, y ello no se realiza correctamente. Existen, por tanto, fuerzas internas, y no externas, en esa labor. Una mente turbada no necesita un exorcista sino un competente terapeuta en salud mental.
        Las almas no muestran toda su pureza y bondad en un cuerpo pues, de lo contrario, no necesitarían encarnar para su desarrollo personal. Las almas vienen a la Tierra para trabajar sus imperfecciones. En términos de autodescubrimiento, un alma puede escoger entre actuar de acuerdo, o en confrontación, con su propio carácter cuando elige un cuerpo humano. Por ejemplo, un alma que combata tendencias hacia el egoísmo y la exculpación o indulgencia podría no mezclarse bien con un ego humano cuyo temperamento emocional estuviera dispuesto a enzarzarse en actos hostiles de autogratificación.
        Bastante a menudo, la gente con problemas ha sufrido daño ambiental traumático de tipo físico y emocional por abusos durante su niñez. Estos daños los pueden haber interiorizado, creando un caparazón tras el cual esconderse, o  exteriorizado, mediante movimientos que los sacan, mentalmente, de sus cuerpos. Estos mecanismos de defensa son una forma de supervivencia que permite preservar la sanidad mental. Cuando un cliente me dice que ama, "sintonizarse exteriormente", y practica la proyección astral porque su experiencia extracorpórea le hace sentirse más vivo, busco perturbaciones en su personalidad. Muy bien podría ser que solo encuentre curiosidad, pero una obsesión por estar fuera del cuerpo propio indica un deseo de escapar de la realidad cotidiana.
        Es por esto por lo que me preocupa la teoría de las almas que ocupan cuerpos adultos, (teoría de las almas OCA, usando el acrónimo, o en ingles, guólk in, zéory). Creo que toda la teoría de las almas OCA constituye un falso concepto. De acuerdo con los proponentes de esa teoría, miles de almas encarnarían en cuerpos adultos sin pasar el proceso normal del nacimiento y la niñez. Se dice que estas almas son seres iluminados, a las que se les permiten tomar cuerpos adultos de almas que quieren abandonarlos, antes de su tiempo, porque su vida terrena ha llegado a ser demasiado difícil para ellas. Por consiguiente, las almas, OCA, actuarían de una forma humanitaria según los seguidores de esta teoría, que yo llamo de, "posesión permitida".

Si esta teoría fuese cierta, debería convertirme en un gran gurú, con blanca vestimenta y medallón de oro al cuello. Ni una sola vez, en todos los años de mi trabajo con pacientes en regresión, he tenido un paciente de este tipo de almas OCA. y mis pacientes nunca me han hablado de que conocieran la existencia de ese tipo de almas en el mundo del espíritu, o de algún otro tipo asociado con esta clase de supuestas prácticas. De hecho, niegan este tipo de actuación, porque ello supondría abolir el contrato de vida que trae el alma a la Tierra. Dar permiso a un alma, para ocupar tu plan de vida kármico, desbarataría todo el propósito que primero te diste para venir a la Tierra. Es un engaño asumir que las almas OCA desearía completar su propio ciclo kármico en un cuerpo originalmente seleccionado y asignado para otra alma. Si yo fuera un alumno universitario en clase de trigonometría ¿podría abandonar mi clase, bajar al piso inferior, en donde se imparte la iniciación al álgebra a un alumno de bachillerato que lucha con su examen, y decirle: "tranquilo, colega, que yo termino tu examen para que puedas salir antes"? Esta es una situación de pérdida para ambos estudiantes y, además ¿qué profesor lo permitiría?
        La teoría de las almas OCA es un suicidio, aunque se supone que lo combatiría permitiendo, a las almas que quieren abandonar su cuerpo, escapar de la responsabilidad de seguir el camino correcto de su vida. Esas almas en huida, renunciarían a la propiedad de su cuerpo anfitrión en beneficio de almas más avanzadas, que no querrían pasar los problemas de ocupar un cuerpo por nacer y, tampoco, los de su consecuente infancia. Este es el mayor defecto que tendría la, "posesión permitida". Por todo lo que he aprendido sobre la asignación del cuerpo al alma, puedo decir que le lleva años a ésta la completa fusión de su energía vibracional, con la del cerebro anfitrión. El proceso comienza cuando el niño está en fase fetal. Todos los elementos esenciales de lo que somos provienen de la asignación del alma a un cuerpo específico, desde el principio de la vida terrena. Considérese primero las tres, "íes", que emanan del alma. Imaginación, intuición e introspección o (comprensión). A continuación, añada a esos componentes, conciencia y creatividad. ¿Piensa que una mente humana adulta no se va a dar cuenta de la pérdida de su Yo compañero, sustituido por una nueva presencia? Esto podría conducir al cuerpo anfitrión, más a una situación insana que saludable. Yo le digo a la gente, que no se preocupe sobre la posibilidad de perder su alma, pues estará con nosotros hasta el fin, ya que tiene buenas razones para ocupar ese cuerpo particular, y no otro.
        Las almas se toman muy en serio su responsabilidad, incluso hasta el extremo de ocupar cuerpos que no funcionen. Ellas no se encuentran materialmente atrapadas. En ese sentido, un alma puede habitar un cuerpo anfitrión comatoso durante años, y no abandonarlo hasta su muerte. Estas almas son capaces de vagar libremente sobre la tierra, visitando a otras almas que podrían, también, realizar breves viajes fuera de su cuerpo durante el estado de sueño normal. Esto es especialmente cierto en almas que ocupan cuerpos de bebés. Las almas son muy respetuosas con los anfitriones asignados, incluso aunque estén aburridas. Siempre dejan una pequeña porción de su energía en el cuerpo, para poder regresar rápidamente, si es necesario. Sus longitudes de onda son como señales de faro que han impreso su huella personal en su compañero humano.
        Cuando la energía del alma abandona el cuerpo humano, eso no proporciona una oportunidad a los posibles seres demoníacos para que, rápidamente, ocupen la mente. Esta es otra superstición. En primer lugar, y a parte de la no existencia de esos seres demoníacos, la mente no está completamente vacía cuando la energía del alma viaja. Una supuesta entidad malévola sería incapaz de apretujarse dentro de ella, ni siquiera de existir.
        Evidentemente, aquellos que habitan el mundo del espíritu están bien atentos a nuestro encantamiento por obscuros y nefastos espectros que, presumiblemente, dañarían un alma. Tengo en el caso 18 un poco frecuente, y definitivo ejemplo, que trae a cuento todo esto que digo. Este caso muestra cómo el brutal uso del humor puede aplicarse, gráficamente, en el mundo del espíritu para definir nuestros defectos en la Tierra.
        El caso 18 trata de la muerte de un predicador evangelista, en el año 1920. Este hombre, vivió viendo al diablo en cada rincón y grieta de su ciudad del profundo sur norteamericano. Durante la revisión de esa vida, me dijo el cliente, en base a sus recuerdos, "sacudía hasta los huesos a mis parroquianos con mis sermones del infierno esperando a todos los transgresores impíos y pecadores". Empezaré el caso con una escena de esa vida, tal y como se desarrolló cuando mi sujeto alcanza la entrada del mundo espiritual.

Caso 18.

Doctor Niúton. Me dice que, aunque no lo ve todo claro, flota en una luz brillante y alguien se le aproxima.
SUJETO. Sí, estoy algo desorientado. Aún no me he acostumbrado a cosas como ésta.
Niúton. Está bien. Tómese su tiempo y permita que la figura que flota hacia usted se siga acercando.
SUJETO. (larga pausa y, entonces, una exclamación horrorosa en voz alta). ¡OH, DIOS, NO!
Niúton. ¿Qué ocurre?
SUJETO. (el cuerpo del sujeto empieza a agitarse incontrolablemente). ¡DIOS TODOPODEROSO. ES EL DIABLO. LO SÉ. VOY A IR AL INFIERNO!
Niúton. (asiendo al sujeto por los hombros). Ahora respire hondo, trate de relajarse mientras pasamos esto juntos. (a continuación prosigo suavemente). Usted no está en el infierno.
SUJETO. (interrumpe con un tono de voz chillón). OH, SÍ. SI NO FUERA ASÍ, ¿POR QUÉ VEO AL MISMÍSIMO DEMONIO FRENTE A MI?
Niúton. (la cara de mi paciente se cubre de sudor, y con un paño se lo retiro mientras continúo dándole confianza). Trate de calmarse. Aquí hay algún tipo de malentendido y lo encontraremos pronto.
SUJETO. (sin hacerme caso, el sujeto se pone a gemir mientras se balancea hacia adelante y hacia atrás). Todo se ha acabado para mi. Estoy en el infierno.
Niúton. (le interrumpo con más fuerza). Dígame, exactamente, qué es lo que ve.
SUJETO. (al principio susurrante y, más adelante, con voz alta). Un, ser, demoníaco, con cara verderrojiza, cuernos, ojos salvajes, colmillos, la piel de su cara es como madera carbonizada. ¡OH, DULCE JESÚS! ¡¿POR QUÉ YO, ENTRE TODOS. YO, QUE HABLÉ TANTO EN TU NOMBRE?!
Niúton. ¿Qué más ve?
SUJETO. (con repugnancia). ¡¿QUÉ MAS HAY QUE VER?! ¡¿NO ENTIENDE QUE ESTOY FRENTE AL DIABLO?!
Niúton. (rápidamente). Me refiero al resto del cuerpo. Mire más abajo de esa cabeza, y dígame qué ve.
SUJETO. (con violento estremecimiento). Nada. Solo un etéreo cuerpo parecido al de un espectro.
Niúton. Sígame y dígame. ¿No le parece raro que el diablo se le aparezca sin cuerpo? Muévase hacia adelante en el tiempo, rápidamente, ahora, y dígame qué hace esa figura.
SUJETO. (el cuerpo de mi paciente se sacude hacia arriba violentamente y, a continuación, con gran suspiro de alivio, se hunde en el sillón). ¡Ese bastardo! Debería haberlo sabido. Es ¡SCÁNLON! Se quita la máscara y me sonríe malvadamente.
Niúton. (ahora puedo relajarme). ¿Quién es, Scánlon?
SUJETO. Mi guía. Esta es su cruda idea de lo que es una broma.
Niúton. Ahora, ¿qué aspecto tiene realmente?
SUJETO. Alto, con facciones aquilinas, pelo gris. Haciendo travesuras, como siempre. (Mi cliente se ríe bravucón, pero todavía no se ha recuperado del susto). Debería haberlo sabido. Esta vez me cogió por sorpresa.
Niúton. ¿Scánlon hace este tipo de cosas habitualmente? ¿Por qué le atemoriza justo cuando regresa al mundo del espíritu y está algo desorientado?
SUJETO. (a la defensiva). Escuche. Es un gran maestro. Es su modo de trabajar. Lo ha hecho siempre con máscaras en nuestro grupo, pero sabe que a mi eso no me gusta en demasía.
Niúton. Dígame, porqué Scánlon utilizó la máscara del diablo para asustarle justo después de esta vida. Dígamelo ahora.

Nota. Permanezco calmo, mientras mi sujeto conecta mentalmente con Scánlon.

SUJETO. (después de un periodo de silencio). Me viene a la mete. Ahora lo se. Gasté mucho de mi vida predicando sobre el diablo, asustando a la buena gente, diciéndoles que irían al infierno si no me prestaban atención. Scánlon me da una dosis de mi propia medicina.
Niúton. ¿Y cómo se siente ahora con este método?
SUJETO. Surtió efecto.
Niúton. Quisiera que me respondiera a una pregunta directa, posiblemente descortés: ¿Usted, realmente, creía en aquello que contaba a sus parroquianos sobre seres demoníacos en todo lugar y en toda persona, o lo hacía motivado por algo diferente?
SUJETO. (con intensidad). Sí. Yo creía firmemente aquello que les decía sobre seres malignos, en todo lugar y persona. No era un hipócrita.
Niúton. ¿Está seguro de que no se trataba de falsa piedad? ¿Acaso no pretendía usted sentirse, y ser lo que, en realidad, no era?
SUJETO. No. Yo lo creía sinceramente. El fallo fue mi método de predicación, y mi seducción por el poder que sobre los otros eso me daba. Sí. Admito que fracasé. Hice la vida miserable a algunos de mi grey, al no ver la bondad esencial que hay en la gente. Siempre fui un desconfiado por mi obsesión sobre la maldad, y eso me corrompió.
Niúton. ¿Cree que, parte de lo que le sucedió, se debió al tipo de cuerpo elegido para esa vida?
SUJETO. (con voz sin relieve tonal). Sí. Carecí de control. Elijo cuerpos con mentes llenas de fuerza y permito que me barran. Fui demasiado confrontador, o antagonista, como predicador.
Niúton. ¿Y conoce porqué la mente de su alma escogió ese tipo de asociación en el cuerpo de un predicador que constantemente intimidaba a su gente?
SUJETO. Oh. Yo, ¡mierda! Dejé que sucediera porque me siento bien teniendo control. Temía que, que no me tomaran muy en serio.
Niúton. ¿Le preocupaba la pérdida de control?
SUJETO. (larga pausa). Sí, eso, es. Sin controlar, yo podría ser, inapropiado.
Niúton. Con el uso de la máscara demoníaca, ¿piensa que Scánlon rebaja, o humilla, aquello por lo que trabajó en la iglesia?
SUJETO. No. Es la forma de trabajar de mi maestro. Escogí el cuerpo de un predicador y él me ayudó en ello plenamente. Yo di un giro equivocado, para seguir un camino que no lo era. Mi fe no era mala cosa, pero llegué a confundirme, y a confundir a otros. Scánlon quiere que vea lo que se siente cuando se atemoriza a la gente, más que la razón de hacerlo. Quiere que yo sienta el mismo miedo que proporcioné a otros.

Nota. Ahora muevo a mi cliente dentro del escenario de su grupo (de almas), para saber cómo Scánlon enseña a sus estudiantes mediante el uso de máscaras.

Niúton. ¿Quién es la primera persona que se le acerca?
SUJETO. (con duda y cauteloso). Es, un ángel, con suaves y resplandecientes alas.  (de pronto se produce la identificación del ente). MUY BIEN, YA NO ME ENGAÑAN OTRA VEZ.
Niúton. ¿Quién es ese ángel?
SUJETO. Mi querida amiga, Diana. Se quita su máscara de ángel, riendo, y me abraza.
Niúton. Estoy confundido. Si las almas pueden crear cualquier forma o aspecto que quieran, ¿Por qué molestarse en usar máscaras?
SUJETO. La máscara es similar a una forma de lenguaje, un símbolo que podemos llevar en la mano para poner, o quitar, según el efecto deseado. Diana compensa la tremenda humorada de Scánlon apareciéndoseme como un amoroso ángel, mientras los otros ríen por lo que me sucede.
Niúton. ¿Que tal es, como persona, Diana?
SUJETO. Muy amorosa y llena de humor. Le gusta gastar bromas, como al resto de mi grupo. Todos saben que me tomo las cosas demasiado en serio, y que no me gustan las máscaras. Por eso me toman el pelo, y bromean conmigo.
Niúton. Durante sus lecciones con máscaras ¿Se usan medio para enseñar sobre comportamientos correctos y erróneos?
SUJETO. Sí. Son una forma de conocimiento de los buenos y los pobres pensamientos, las malas interpretaciones y las equivocaciones. Ellas identifican aspectos de nuestro carácter que son positivos, frente a aquéllos otros indeseables, y podemos pautar jugar con cada uno de nosotros.
Niúton. ¿Scánlon creó, a propósito, este tipo de uso para las lecciones de vuestro grupo?
SUJETO. (risas). Si, y lo que hace es impresionante.

Este fue un caso extraño y admitiré que, por unos minutos, Scánlon me sorprendió cuando mi cliente me hablaba de un lugar al que ningún otro cliente me llevó antes. El tratamiento que este sujeto recibió a la entrada del mundo espiritual, mediante el uso de una máscara del diablo, es, ciertamente, anómalo. Por lo demás, nunca encontré otros guías cuyo comportamiento fuera tan extravagante y provocador.
        En el capítulo siguiente veremos cómo el drama tiene un importante papel en la actividad del grupo de almas. El uso de máscaras del grupo de Scánlon, para personificar, simbólico y gestualmente un sistema de creencias, es bastante único en mi experiencia. Las máscaras tienen una gran tradición en nuestra vida cultural, en la que la personificación de los poderes divino y demoníaco se ha usado para burlarse de los espíritus que producen temor, ensalzando aquellos otros que son venerables. La máscara del diablo posee una historia de exorcismo tribal frente a espíritus dañinos. El caso 18 refleja cómo el director de un grupo de almas traslada una práctica mítica y espiritual, aparentemente tomada de la Tierra, a la educación de este grupo de almas, con el fin de servir de llamada de atención a los estudiantes, para que despierten.

Fin del Capítulo 3

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