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martes, 2 de octubre de 2012

Capítulo 7. Dinámicas Comunitarias





Capítulo 7. Dinámicas Comunitarias.


Veamos la Tipología de Almas en la Comunidad Espiritual.

Las Almas Compañeras.


El período comprendido entre el primer y el segundo encuentro con el Consejo, es de renovación para el alma. Como seres etéreos, nuestro desarrollo y crecimiento comienza, en realidad, en la esfera mental del mundo del espíritu junto con otras almas, antes de que alguno de nosotros encarne. De este modo, mientras que nuestro ser interior es excepcionalmente único e individual, una parte vital de la vida espiritual, entre encarnaciones, se consagra a las relaciones de empatía con otras almas. Así, nuestro desarrollo como almas llega a ser, también, colectivo. Parte de la expresión de esa colectividad consiste en la asociación que tenemos con otras almas en una realidad material, como es, la Tierra. Durante la reencarnación, los sentimientos de proximidad que las almas experimentan entre sí, en el ámbito mental, se ponen, severamente, a prueba por retos kármicos en los cuerpos que ocupan. La interrupción de esta dichosa existencia mental es uno de los medios con los que los maestros espirituales amplían nuestra conciencia.

He escuchado muchas, e intrigantes, historias de amor de vidas pasadas entre almas compañeras que han atravesado el tiempo y el espacio para reencontrarse en una nueva vida terrenal. He aquí unos pocos ejemplos:

Aquél, en el que el amor fue tormentoso. Una cultura de la Edad de Piedra, en la que el lascivo jefe del clan yacía regularmente con la pareja de mi cliente y luego se la devolvía.

Aquél, en el que el amor fue imposible. Una esclava en la antigua Roma, que servía comida a los gladiadores. Uno de ellos, que ella amaba, le declaró amor eterno la noche anterior a morir sobre la arena.

Aquél, en el que el amor fue cruel. Una firme flagelación hasta la muerte, en las mazmorras de un castillo medieval, administrada por un noble a mi cliente, al haber sido sorprendido, con su hija, en su lugar de encuentros clandestinos.

Aquél, en el que el amor fue heroico. Mi cliente, un muchacho polinesio, se ahogó después de salvar a su novia, (de hacía sólo unas pocas horas), cuando la canoa en la que viajaban fue golpeada por una repentina tormenta, hace tres siglos.

Aquél, en el que el amor fue letal. Cuando mi cliente, un marido alemán de la Europa del siglo 18, apuñaló a su esposa en un arrebato de celos por considerarla infiel. Falsamente acusada por los chismosos de la localidad, murió proclamando su inocencia, diciendo que sólo a él amaba.

Aquél, en el que el amor fue inclemente. Un veterano de la guerra civil norteamericana regresa a casa para encontrar que su solitaria esposa, viuda por haber sido declarado oficialmente muerto, se había desposado con su hermano, un año después de la declaración de fallecimiento.

        Las parejas implicadas en estos ejemplos, hoy en día se encuentran felizmente casadas. Las pasadas experiencias en cada una de sus vidas anteriores les han preparado para las siguientes, y han fortalecido sus vínculos como compañeras espirituales. Las regresiones a vidas pasadas generan información de interés sobre el emparejamiento de las almas pero, el situar a estos clientes entre sus vidas, les ha proporcionado una mayor perspectiva sobre sus relaciones.
        Existen muchos retos envueltos en el estuche del amor. Mezcladas con aquellas vidas en las que hemos disfrutado una larga y feliz existencia con nuestros compañeros espirituales, se encuentran aquellas otras en las que destruimos la relación, o fuimos devastados por las acciones de nuestro compañero espiritual. En las vidas difíciles con las almas compañeras, algo resistió en el camino de la aceptación del amor. Las relaciones con almas compañeras pueden traer, tanto alegría como dolor, pero de ambos aspectos aprendemos. Siempre existen razones kármicas tras los sucesos serios que implican relaciones en nuestras vidas.
        Tuve una cliente, de nombre Váleri, que vivió como mujer hermosa en la China de hace dos siglos. En esa vida, rechazó a su alma compañera primaria, el hombre por quien más se interesaba, porque discutía con ella y se negaba a alimentar su vanidad, mientras que otros se desvivían por hacerlo. "Además", me relató en trance, "era tan desgarbado y de aspecto tan basto que me avergonzaba que me viesen con él, por lo que los demás pudieran pensar. Llena de orgullo, despecho, y con sentimientos de saber que lo que hacía era lo correcto, me casé con un hombre apuesto, que atendió todos mis antojos. Perdí la felicidad que pudo haber sido mía".
        En su siguiente vida, en la América del siglo 19, Váleri fue la hija de un jefe indio Cherokee que le ordenó casar con el hijo de otro jefe, como parte de un trato entre tribus. Después de aceptar los deseos de su padre, este hombre la rechazó físicamente, e hizo su vida miserable. El guerrero de su propia tribu, a quien en realidad amaba, era aquel mismo compañero espiritual que rechazare cuando vivió en China. Al retornar al mundo del espíritu, después de su muerte como  india, Váleri me dijo.

Mi amado y yo pudimos haber huido juntos. Pero, aparte del enorme peligro que esto implicaba, algo en mi interior me decía que tenía que soportar lo que mi padre había planeado. Ahora veo que era una prueba. En el trato, tenemos la capacidad de lastimar, severamente, a la persona que nos ama, y también a nosotros mimos.  Mi vida como Cherokee fue un recordatorio de mi orgullo y vanidad, como china.

        Estar con la persona, "equivocada", durante un período de la vida no quiere decir que ese tiempo se haya desperdiciado. La relación, probablemente, fue planeada con anticipación. De hecho, en el mundo del espíritu, es posible encontrar a esa alma de nuevo pero en fulgor diferente. Esto fue cierto con el  hombre con quien mi cliente fue obligada a casar en su vida india. Su alma pertenecía a un grupo vecino del de Váleri. El alma de los hombres que Váleri amó en sus dos vidas anteriores se ha vuelto a unir con ella en el siglo 20, ahora como esposo. Debo agregar que Linda, la mejor amiga de Váleri en su vida actual y miembro de su mismo grupo espiritual primario, se convirtió en la compañera del guerrero Cherokee que Váleri amaba durante su vida india. Después de nuestra sesión, Váleri hizo una mueca, mientras me decía, "ahora entiendo por qué me siento un poco incómoda viendo a  Linda cerca de mi esposo".
        Antes de proseguir, creo que sería buena idea considerar algunas ramificaciones involucradas en la experiencia mágica de encontrar un compañero espiritual. Cuando, por primera vez, me siento con un cliente y establecemos un buen entendimiento, pregunto sobre sus relaciones pasadas y actuales, que han tenido significado en su vida. De esta forma, adquiero una idea del reparto de personajes que aparecerán en la obra de su vida actual. Puesto que estaré sentado en  primera fila, a medida que la trama se desarrolle, quiero conocer el programa de la obra.
        Una vez bajo profundo trance, muchas conexiones del alma se manifestarán con claridad. Las personas en el reparto de mi cliente pueden ser amantes, amistades, parientes, mentores o socios. Nuestras relaciones con las personas pueden desarrollarse de muchas maneras en la vida, y normalmente involucran tanto a almas de otros grupos como del propio. Generalmente, mis clientes tienen el fuerte deseo de identificar estas conexiones espirituales en su vida actual aunque, la mayoría, tiene una buena idea de quiénes son.
        En un sentido amplio, el amor es afecto que puede tomar muchas formas. Siempre hay una conexión mental, de uno u otro tipo, con el alma compañera, sin importar el papel que ésta juegue. En cada vida nos conectamos con personas, a muchos niveles, por multitud de razones, (y lecciones), kármicas. Cuando la amistad se enciende, se convierte en amor pero donde no hay amistad, un amor profundo no puede prosperar. Esto es muy diferente del encaprichamiento que existe a nivel superficial, cuando se tienen esas molestas dudas sobre si la conexión establecida tiene algún significado real. Sin la confianza, la intimidad sufre y el amor no puede crecer ya que el amor es la aceptación de todas las imperfecciones de nuestra pareja. El verdadero amor te hace mejor de lo que serías sin esa persona en tu vida.
        A menudo, las personas igualan el amor con la felicidad. Sin embargo, la felicidad es un estado de la mente que se debe desarrollar en el interior de cada uno de nosotros, y no  depender de nadie más. El tipo más saludable de amor es aquél en el que nos sentimos bien por nosotros mismos y, por lo tanto, el extenderlo hacia alguien más constituye algo desinteresado. El amor implica un duro esfuerzo, y un constante mantenimiento. He tenido numerosos clientes divorciados que han aprendido que su primer amor era un compañero espiritual primario. Las cosas podrían haber funcionado si ambas partes lo hubieran intentado con mayor esfuerzo.
        Por otra parte, pueden existir razones para que encontremos a nuestra alma compañera mas tarde de lo esperable. La almas compañeras, de vez en cuando, se separan durante una o dos vidas, desapareciendo por completo. "Mi compañero espiritual y yo, nos estábamos volviendo muy dependientes el uno del otro, necesitábamos crecer, un poco, por nosotros mismos". Este es un comentario que escucho frecuentemente, cuando los compañeros espirituales se encuentran separados. Cada época en la Tierra es diferente en cuanto al tipo de relación y experiencias que tendremos con un alma compañera. Sin embargo, cada vida con ellos se construye sobre las vidas anteriores.
        Aprendemos valiosas lecciones a partir de relaciones rotas. Lo importante es seguir moviéndonos en la vida. Antes de su sesión, algunos clientes me dicen que el verdadero amor parece eludirles. Sin embargo, tras la misma, generalmente el interesado comprende las razones que se encuentran detrás de esa situación. Si el amor indicado no le acompaña, libérese de esa presión comprendiendo que, quizás, usted se encuentra aquí para aprender otras lecciones. Equivocadamente, asumimos que aquellas personas que escogen vivir solas son solitarias cuando, en realidad, poseen ricas existencias, calmadas, reflexivas y productivas. Conectarnos con alguien por quien no sentimos amor, por el único fin de no estar solos, representa más soledad que el vivir solos. Como dice la canción, "enamorarse del amor es enamorarse de una ficción". Esta clase de amor es una fantasía porque se guía de la adicción de poseer amor a cualquier precio. Si su compañero espiritual ha de aparecer, lo hará y, probablemente, en el momento que menos se espera.
        Tras muchos años de contacto con almas en el mundo del espíritu, he desarrollado medios para clasificar a las almas compañeras. Posiciono a cada alma dentro de una de las tres categorías posibles, que se apoyan en el tipo de relación que mantengan con nosotros en el drama de la vida. No se incluyen, en estas tres divisiones, a los guías y a otros seres que vienen de áreas espirituales más allá de la nuestra.

Almas Compañeras Primarias.


Una alma compañera primaria o, si se prefiere, un compañero espiritual primario, se nos presenta como una compañía cercana y afianzada. Esta compañía podría ser nuestra esposa, hermano o hermana, un gran amigo u, ocasionalmente, un padre. Ninguna otra alma es más importante para nosotros que un alma compañera primaria, y cuando mis clientes me describen sus vidas con estas almas como pareja, la mayoría reconoce que su existencia se enriqueció, gracias a ellas, más allá de cualquier medida. Una de las mayores motivaciones de las almas para encarnar, es la oportunidad de expresarse en forma física. Esto es, sin duda, un atractivo para las almas compañeras primarias. Pueden cambiar de género, entre una y otra vida, cuando son almas avanzadas. El alma normal prefiere un género, frente al otro, en un 75 por ciento de su tiempo.
        Una alma compañera primaria no debe confundirse con el uso del término "grupo espiritual primario," que designa una agrupación en la que muchas almas interactúan, unas con otras, como en una familia. Las personas utilizan el término, “alma compañera verdadera”, para definir a su compañero primario, lo cual está bien siempre que no implique que todas las demás almas sean algo menos que verdaderas. Los desacuerdos con personas de mi campo de estudio, que se relacionan con el uso de estos términos, son a menudo más simbólicos que textuales pero, no obstante, quiero mencionar otro concepto relacionado con las almas compañeras que me molesta.
        En mis giras se me pregunta acerca de cómo mis descripciones de las almas compañeras primarias y mi afirmación sobre la dualidad del alma se relaciona con la llamada, teoría de las almas gemelas.  Mi respuesta es que no se relacionan. He mencionado cómo somos capaces de dividir nuestra energía espiritual para vivir existencias paralelas aunque, la mayoría de las almas, no desean acelerar su aprendizaje de ese modo. También he afirmado que esta capacidad de dividir la energía nos permite dejar parte de ella tras nosotros, en el mundo del espíritu, una porción que es un duplicado exacto de la parte encarnada. Casi todas las almas se empeñan en esta práctica, y ello representa la dualidad del alma. Mis hallazgos sobre las relaciones entre almas compañera primarias, y la capacidad del alma para dividirse, no tienen correlación con la teoría del alma llamada gemela. Evidentemente, mi verdad es solo mía, pero debo ser rotundo al decir que, en mi investigación, nunca he encontrado la más mínima prueba que apoye el concepto de almas gemelas.
        Tal como entiendo la teoría de las almas gemelas, usted y su alma gemela se crearon al mismo tiempo, a partir de un huevo de energía, para ser separados a continuación, permaneciendo en ese estado de alejamiento hasta que completen sus respectivas encarnaciones kármicas. Recuerdo que clientes, como el del caso 26,  me dijeron que dos almas nunca eran iguales en el momento de la creación. Cada partícula de energía es única en sí misma y se crea como una entidad singular. Lo que me resulta ilógico de la teoría de las almas gemelas es el de porqué habríamos de tener un alma compañera, con la que no podríamos trabajar nuestras lecciones kármicas, hasta alcanzar un estado de perfección. Las almas compañeras primarias, o verdaderas, existen para colaborar mutuamente entre sí en el logro de metas. No son almas gemelas.

Almas Acompañantes.


Nuestra alma compañera primaria es nuestra eterna socia, pero existen otras en nuestro grupo espiritual primario que también pueden considerarse como almas compañeras. En esencia, son nuestras almas, de acompañamiento. Estas almas presentan diferencias en carácter y variedad de aptitudes, que se complementan con otras almas, tal y como muchas de mis historias relatan en los casos presentados. Dentro de este grupo de almas, normalmente existe un círculo interior de ellas que están especialmente próximas a nosotros, y que juegan un papel importante de apoyo en nuestras vidas, de igual forma que nosotros lo hacemos en las suyas. El número varía, pero el cliente normal presenta desde tres a cinco almas en su círculo de relaciones más interno.
        Aunque las almas acompañantes de un grupo espiritual se inician juntas tienen diferentes niveles de desarrollo. Eso tiene mucho que ver con su conducta, motivación y talento personales. Cada alma posee ciertas fortalezas que sus acompañantes pueden aprovechar durante las encarnaciones del grupo. A pesar de que el grupo se hace más pequeño cuando algunas se marchan para realizar diferentes especializaciones nunca pierden el contacto entre sí.

Almas Asociadas.


Esta clasificación de almas se aplica a miembros de grupos secundarios, aquéllos externos al grupo primario, que se localizan en la misma vecindad espiritual. Como ya mencioné en el capítulo 5, en la figura 1, los grupos secundarios que rodean al grupo primario pueden alcanzar hasta 1.000, o más, almas. Muchos de estos grupos trabajan en aulas cercanas a las nuestras. Hay ciertas almas asociadas en otros grupos que se seleccionan para trabajar con nosotros, y que llegaremos a conocer durante muchas vidas, mientras que otras cruzarán nuestro camino de manera breve. Muy a menudo, nuestros padres provienen de estos grupos cercanos.
        En términos de interacción social en el mundo del espíritu, al igual que ocurre con el contacto durante las encarnaciones físicas, las almas de un grupo pueden tener poca o ninguna asociación con muchas de las almas de un grupo secundario. En un contexto más amplio, todas las almas de grupos secundarios se asocian, de una u otra manera, pero mis clientes no las consideran como almas compañeras. A pesar de que éstas no lo son, constituyen un gran conjunto de sujetos disponibles para ser seleccionados por nuestros directores de teatro de la obra, es decir, de la vida, en que participaremos. Un alma asociada puede tener características específicas, que son las que se requieren para ofrecernos una lección kármica dentro de nuestra vida. Generalmente, encarnan en personas que conllevan una fuerte energía, positiva o negativa, en su asociación con nosotros. Estas decisiones dependen de los acuerdos precedentes, entre las partes y sus respectivos maestros, en relación con los beneficios y desventajas del carácter de ciertas personificaciones.
        El papel, la personificación a adoptar, puede ser muy breve. El lector puede recordar el incidente de la parada de autobús, relatado por el sujeto del caso 39. En este caso, el auxilio que se dio a la mujer fue, más bien, espontáneo y considero que no se trataba de un alma asociada. Citaré un ejemplo de un contacto breve, y positivo, relatado por un cliente que encontró a un alma claramente asociada.

Caminaba sola por la playa, completamente hundida, por haber sido despedida de mi trabajo. Un hombre apareció y entablamos conversación. No le conocía, y nunca más volvería a verlo en esa vida. Pero esa tarde se me apareció y, con facilidad, hablamos. Me sentí descargando mis problemas en ese extraño. Me calmó y me dio una mayor perspectiva de mi situación laboral. Después de, aproximadamente, una hora se marchó. Ahora sé que era un conocido de otro grupo en el mundo del espíritu. No fue un accidente que tropezáramos aquel día. Él me fue enviado.

        Sin embargo, es con las almas compañeras con las que experimentamos nuestros más profundos contactos. Mientras consideraba escribir este libro, muchas personas me pidieron que me asegurara, y les contara un caso detallado de historia de amor entre almas compañeras primarias. Siendo, como soy, un romántico,  esta petición fue irresistible.

Caso 46.


Había un tono de urgencia en la voz de Maurín cuando me llamó para pedir cita. Esto ocurrió tiempo antes de tener una lista de espera de más de un año. Maurín vivía cerca de mi oficina, en California, y preguntaba si podría atenderla, junto con un amigo que venía de Nueva York para verla por primera vez. Le pregunté por este amigo que nunca había visto, y me contó la siguiente historia.
        Tres meses antes, en una página web de la red internet, un grupo de veinticinco personas, interesadas en el tema de la vida después de la muerte, formaron lo que en el lenguaje de la red se conoce como "chat rum" o “lugar de charla”. Las conversaciones se realizan en directo, por medio de la red mundial de servidores y ordenadores, y en ellas participan aquellas personas con intereses similares. Todo esto se me explicó, pues tengo pocos conocimientos informáticos. Maurín me contó que ella, y un hombre de nombre Déil, encontraron que estaban muy sintonizados en sus conversaciones sobre el tema de las almas compañeras, y que se sentían conectados de una forma extraña. Agregó que era misteriosa la forma en la que Déil reflejaba los pensamientos que ella tenía, así que decidieron crear su propio lugar de charla para conversar por medio de la red.
        Maurín y Déil se enteraron de que habían nacido, con sólo unos pocos meses de diferencia, cincuenta años antes y en los alrededores de San Francisco. Hablaron de sus matrimonios fallidos, y el mutuo sentimiento de una inexplicable tristeza relacionada con la búsqueda de algo que no habían encontrado, y que abriría la puerta de sus corazones. Sus conversaciones se centraban, principalmente, en la vida después de la muerte, y Déil mencionó haber leído mi trabajo. Pronto, ambos decidieron conocerse personalmente en California, y visitarme para realizar una sesión de regresión combinada y simultánea.
        Estuve de acuerdo en darles una cita que resultó tener lugar el día después de su encuentro. Llegaron a mi oficina con sus ojos brillando como estrellas, y advertí que ya estaban en estado de trance y que no me necesitaban. En el momento en que se vieron por primera vez hubo un reconocimiento instantáneo. Maurín dijo, "la forma en que nos sonreímos, la expresión en nuestros ojos, el sonido de nuestras risas, la conexión vibrante que sentimos al darnos la mano, crearon una euforia, tan fuerte, que nos abstraímos de todo cuanto nos rodeaba".
        Relataré este caso desde la perspectiva de Maurín, ya que ella fue mi contacto inicial. Durante la toma de contacto, supe que había momentos en su vida en que tenía la sensación de haber vivido situaciones en el pasado, cuando escuchaba música de los años veinte o veía bailarinas danzando charlestón, con los trajes de moda de aquella época. Maurín también me comentó que, desde su niñez, se había visto desazonada por la pesadilla, recurrente, de una muerte súbita.
        Tengo por costumbre llevar a mis clientes al mundo del espíritu después de su última vida, de tal forma que no se pierdan las maravillas naturales de la llegada al mundo del espíritu. Las ventajas de esta técnica de hipnosis son muchas, incluyendo la de saber si las impresiones desorganizadas de un cuerpo de la vida anterior se transmitieron al cuerpo actual del cliente. Acelerar este proceso, llevando los clientes directa y abruptamente al mundo del espíritu, por ejemplo desde el vientre de la madre, genera su llegada con desorientación. Sería como llevar a alguien a la parte trasera de una casa y pedirle que describa la parte del frente. Este procedimiento acelerado para entrar al mundo del espíritu también causaría la omisión de variedad de estaciones de orientación. Estas paradas, (en las estaciones o lugares de orientación), pueden ser vitales si la muerte que precede a la entrada fue repentina y traumática. Al no evitarse las escenas de muerte, el cliente está mejor protegido contra los recuerdos físicos dolorosos.
         Siguiendo mi criterio de movernos a la escena más significativa de su vida anterior, Maurín me llevó a los sucesos que condujeron a su muerte. Esto es, a menudo, señal de problemas a la vista y el facilitador de la regresión debe estar preparado para tratar con estas escenas, que pueden resultar horrendas para el cliente. Lo que sigue es una versión condensada de la historia de Maurín.

Niúton. ¿Es usted hombre o mujer?
SUJETO. En realidad, una chica.
Niúton. ¿Cuál es su nombre?
SUJETO. Samánza. Mas bien, Sam.
Niúton. ¿Dónde está, y qué hace, en este momento?
SUJETO. Estoy ante el tocador de mi habitación, arreglándome para ir de fiesta.
Niúton. ¿De qué fiesta se trata?
SUJETO. (pausa, luego una ligera sonrisa). Es, para mí, hoy cumplo dieciocho años y mis padres celebran mi presentación en sociedad.
Niúton. Bueno, feliz cumpleaños, Sam. ¿Qué fecha es hoy?
SUJETO. (después corta duda). 26 de julio de 1923.
Niúton. Ya que se encuentra en el tocador, me gustaría que se observara en el espejo y describiera lo que ve.
SUJETO. Soy rubia, con el cabello recogido en lo alto. Llevo vestido blanco de seda. Es mi primer traje de fiesta de adulto. Voy a calzarme mis nuevos zapatos de tacón alto.
Niúton. Suena demoledor.
SUJETO. (con consciente sonrisa). Mejor que Rick piense así.
Niúton. ¿Quién es Rick?
SUJETO. (ahora distraída y ruborizada). Rick es, mi chico, mi pareja para esta noche. Debo terminar de maquillarme, pronto estará aquí.
Niúton. Escúcheme Sam, estoy seguro de que puede hablarme mientras termina de maquillarse porque no la retrasaré. Dígame, ¿tiene intenciones serias con Rick?
SUJETO. (se sonroja de nuevo). Sí, pero no quiero parecer demasiado ansiosa. Me estoy haciendo la difícil. Rick se cree muy atractivo, pero sé que yo le gusto.
Niúton. Veo que es una fiesta importante. Supongo que pronto hará sonar la bocina  para que salga corriendo a su automóvil.
SUJETO. (incómoda). ¡Por supuesto que no! A él le gustaría eso, claro, pero tendrá que tocar al timbre de la puerta, de manera educada, y la doncella le dejará entrar y le hará esperar por mí, en el piso de abajo.
Niúton. Entonces,  ¿la fiesta es a cierta distancia de su casa?
SUJETO. No muy lejos, en una elegante mansión del centro de San Francisco.
Niúton. Muy bien, Sam, Ahora avancemos en el tiempo y  vayamos a la fiesta. Explíqueme qué sucede.
SUJETO. (regocijada). ¡Lo paso de maravilla! Rick se ve bellísimo, por supuesto. Mis padres y sus amigos me dicen lo crecida que parezco. Hay música, baile, muchos de mis amigos me felicitan, y... (El rostro de mi cliente se oscurece fugazmente),  hay mucha bebida, mis padres no saben eso.
Niúton. ¿Eso le preocupa?
SUJETO. (luchando contra nuevos sentimientos, se pasa la mano, rápidamente, por su cabello y vuelve al momento). La bebida siempre forma parte de estas reuniones, nos pone alegresl pero nada cuidadosos. También estoy bebiendo. Rick, y algunos de sus amigos, preparan a escondidas licor.
Niúton. Movámonos al siguiente suceso significativo de esta velada y explíqueme lo que está sucediendo.
SUJETO. (el rostro de mi cliente se suaviza, y su voz es más pausada). Rick y yo bailamos, me aprieta tan cerca suyo, estamos, excitados, me susurra al oído que deberíamos escabullirnos de la fiesta, para estar a solas un rato.
Niúton. Y eso ¿cómo la hace sentir, Samánza?
SUJETO. Excitada, pero algo parece retenerme, lo supero,  lo hago premeditadamente. Asumo que es fruto del sentimiento de desaprobación de padres, pero aun siento que hay algo más. Lo sacudo de mi cabeza en favor de la excitación del momento.
Niúton. Permanezca con esta emoción. ¿Qué sucede ahora?
SUJETO. Nos marchamos por una salida lateral, para evitar que nos vean, y nos dirigimos al automóvil de Rick. Es un hermoso deportivo rojo convertible. Es una noche maravillosa, y la capota la tiene bajada.
Niúton. ¿Qué hacen, usted y Rick, a continuación?
SUJETO. Subimos al auto. Rick me retira los alfileres del cabello y éste se suelta libre. Me besa profundamente. Rick quiere lucirse, hacemos rugir el automóvil camino de la vía principal.
Niúton. ¿Puede describir la localización de la calle, y la dirección que toman?
SUJETO. (con creciente nerviosismo). Vamos hacia el sur, bajando la carretera costera del Pacífico, saliendo de San Francisco.
Niúton. ¿Qué le parece el paseo, Sam?
SUJETO. (durante un breve momento, la cliente parece liberarse de sus premoniciones). Me siento tan viva. Es una noche cálida, y el viento en mi cabello hace volar mis trenzas sobre mi rostro. Rick me rodea con un brazo, me apretuja y dice que soy la chica más bella del mundo. Sabemos que estamos enamorados.
Niúton. (noto que las manos de mi cliente comienzan a agitarse y que su cuerpo se pone rígido. Tomo su mano porque sospecho lo que viene). Ahora Samánza, quiero que comprenda que, mientras me hable, yo estaré con usted en cada etapa del camino, y que puedo ayudarla, rápidamente, si algo sucediera. Lo sabe, ¿verdad?
SUJETO. (débilmente). Sí.
Niúton. Vamos al momento en que las cosas comienzan a cambiar durante este paseo con Rick, y describa la acción.
SUJETO. (ahora todo el cuerpo de la cliente comienza a convulsionarse). Rick ha bebido demasiado, y la carretera tiene demasiadas curvas. Los giros son más bruscos y Rick sólo tiene una mano sobre el volante. Estamos cerca de una zona escarpada, cerca del océano, hay un acantilado,. perdemos el control del auto. (ahora mi cliente grita). ¡RICK, FRENA!
Niúton. ¿Lo hace?
SUJETO. (ahora llorando). DIOS, NO. ¡NO LO HACE! EL SE RÍE Y ME MIRA, NO MIRA LA CARRETERA.
Niúton. Rápido, Sam, siga adelante.
SUJETO. (sollozando). Perdemos la siguiente curva, el automóvil surca el aire,. caemos al océano, estoy muriendo, el agua,. tan fría,. no puedo respirar, Oh, Rick. Rick,

Nos detenemos mientras inicio una rápida desensibización de este recuerdo traumático, al mismo tiempo que sacamos el alma de Samánza de su cuerpo físico. Le recuerdo que ha pasado por muchas muertes, y que estará bien. Samánza explica que es renuente a morir porque su vida sólo comenzaba. No quería dejar a Rick, pero la sensación que tiraba de ella, para sacarla fuera del océano, era, "demasiado insistente".
        Cuando comencé mi investigación sobre las almas, asumía que cuando dos personas, como fue el caso de Samánza y Rick, morían juntas, también entraban juntas al mundo del espíritu. He encontrado que esto no es cierto, con una excepción. Los niños pequeños que mueren junto con quien les ama, se elevan con esa persona. Más adelante, en el capítulo 9, trabajaremos este asunto, bajo el epígrafe de las almas de los jóvenes. He encontrado que, incluso cuando mueren al mismo tiempo, las almas compañeras primarias normalmente, ascenderán, cada una, por rutas diferentes. Sentí que esta pérdida de compañía era un poco triste hasta que me aclararon que las almas son recibidas por sus guías y amigos del mundo del espíritu, en el lugar y momento apropiados. Cada alma requiere su propia razón de ascenso, lo cual incluye paradas de orientación y renovación de la energía, incluso retornando al mismo grupo de almas, como fue el caso de Rick y Samánza.

Niúton. ¿Ve a Rick por alguna parte?
SUJETO. No, intento resistirme a la fuerza que tira de mí, que quiere voltear mi rostro hacia arriba. Quiero continuar mirando el fondo del océano, quiero ayudar a Rick.
Niúton. ¿Esta fuerza, finalmente, la gira en la dirección adecuada y la aleja del Océano Pacífico?
SUJETO. (la cliente, ahora está calmada y resignada, pero también apesadumbrada). Si, ahora estoy lejos, sobre la Tierra.
Niúton. (Esta es una pregunta que, normalmente, le hago a mis clientes). ¿Querría despedirse de sus padres antes de alejarse más?
SUJETO. No, no ahora. Más tarde lo haré, ahora sólo quiero irme.
Niúton. Entiendo. Dígame, Samánza, ¿qué es lo próximo que ve?
SUJETO. El ojo de un túnel, abriéndose y cerrándose, coordinando su movimiento con el mío. Paso a través de él y me siento mucho más ligera. Ahora todo es tan brillante. Alguien con túnica se acerca.

        En la sesión con Déil, supimos que él era Rick, y sus recuerdos corroboraron los de Maurín. Mientras Samánza, aparentemente, vivió solo algunos segundos tras el accidente, y ascendió desde el océano, el alma de Rick salió del apuro mientras el automóvil aun estaba en el aire. A modo de anécdota, cuando relaté esta historia ante una audiencia de la ciudad de Dálas, una dama recriminó, ruidosamente, "¡así son los hombres!". Le contesté que cuando la mente sabe que no hay oportunidad de sobrevivir a una destrucción inminente del cuerpo, las almas pueden abandonarlo instantes antes de que la muerte real se produzca. De esta manera el alma emerge al mundo del espíritu con su energía más intacta.
        Después de que las sesiones con Déil y Maurín se completaron, me reuní con estas almas compañeras primarias para revisar lo aprendido. Maurín explicó que, cada vez que conducía por la Autopista Uno, al sur de San Francisco, inexplicablemente se ponía nerviosa y aprensiva en cierto tramo de la ruta costera. Ahora sabía por qué. Ante esto, tengo la esperanza de que la desprogramación de la escena de su muerte, en 1923, también acabará con las pesadillas recurrentes. Un mes más tarde, Maurín me escribió confirmando que la pesadilla, finalmente, había desaparecido.
        Las maravillas de la sincronicidad se hicieron evidentes en este caso cuando Déil me contó que, una de las razones por las que había dejado el lugar donde nació, era la incomodidad que sentía conduciendo por los alrededores de San Francisco. Usted pensará que el tiempo que pasamos en el mundo del espíritu, entre las vidas terrenales, debería eliminar todos los efectos residuales de las experiencias de nuestras vidas pasadas. En la mayoría de los casos así es pero, como ya dije, algunas personas arrastran impresiones corporales, físicas y emocionales, de una vida a la siguiente. Esto es especialmente cierto si esa huella conlleva una particular lección kármica en la vida por venir.
        ¿Por qué estas almas compañeras primarias, estuvieron separadas durante cincuenta años? Para entenderlo debemos comenzar con la dinámica de su grupo espiritual. Déil y Maurín vienen de un grupo de doce almas de nivel 1. En diversos grados, estas almas son apasionadas, luchadoras y osadas. Su guía, regularmente las lleva a grupos vecinos para que observen cómo funcionan otros grupos con mayor paz y armonía. Déil y Maurín comentaron que estas visitas eran interesantes, pero que encontraban a las almas pacíficas, "una especie aburrida". Ciertamente, hay miembros de su grupo que son menos inquietos, pero Rick/Déil, no es uno de ellos. En su vida actual, fue comando del ejército estadounidense y participó en tres incursiones en Vietnam. "Nunca esperé volver", me dijo, "y eso habría estado bien". Puesto que le gusta vivir en el filo de la navaja, dejó el servicio militar porque ser soldado, en tiempos de paz, le resultaba demasiado aburrido.
        Después del accidente automovilístico de 1923, el guía superior del grupo retuvo al alma de Rick, que pasó, considerablemente, más tiempo en interrogatorios y orientación que Samánza. Tras esto, Rick volvió al grupo muy consternado. En una tierna escena de caricia energética, Rick dijo a su alma compañera primaria cuán pesaroso estaba por haber truncado la corta vida de Samánza. De la sesión, no quedó claro cuánto sabían los dos sobre la posibilidad de un accidente futuro. Mis clientes han sido amantes en numerosas vidas pasadas, muchas de ellas en situaciones de crisis. Aunque Déil y Maurín encarnaron al mismo tiempo en esta vida, y en el mismo lugar que en la década de 1920, no estaban destinados a encontrarse durante la juventud. La misma experiencia sensorial y energía emocional de esta localización geográfica, simplemente, eran parte de las condiciones para encontrarse mucho mas tarde, en su vida actual.
        Estos compañeros espirituales sabían que, en sus vidas presentes, las condiciones para su encuentro no serían las mejores hasta después de que pasaran muchos años. Déil necesitaba sentir la frustración de años de espera por la mujer adecuada. Él ya no es un hombre descuidado ni irresponsable. Samánza/Maurín, también requería la madurez que no alcanzó a tener cuando mantuvo aquella relación con Rick, en la década de 1920. Ni Déil ni Mauren dan la vida por hecha, en este punto de su unión sentimental. Han pasado por muchas roturas de corazón, sin la compañía del otro. Mi trabajo con esta pareja terminó con ambos haciendo, esencialmente, la misma aseveración. Maurín dijo, "estamos completando nuestra sanación mediante un inequívoco respeto por la santidad de la vida y la importancia del perdón. Ahora que conocemos el significado de la pérdida, vamos a atesorar el tiempo que hemos dejado para estar juntos en esta vida".
        Antes de cerrar esta sección dedicada a las almas compañeras primarias, debo añadir que muchas de estas almas tienen clases de preparación antes de su siguiente encarnación. Una característica de este ensayo con nuestros guías, es el repaso final a los asuntos importantes que se presentarán en la vida por venir. Un aspecto de esta clase preparatoria podría, incluso, incluir a las dos almas compañeras marchándo solas y enviándose, mutuamente, imágenes visuales del aspecto que tendrán en sus nuevos cuerpos humanos, y bajo qué circunstancias llegarán a reencontrarse.


Nota, se enseña la Figura 10, sobre Genealogía Espiritual y Humana



Este diagrama en red, ilustra los compañeros espirituales primarios, las almas acompañantes y las almas asociadas que han encarnado en cuerpos relacionados con mi cliente, Ruz, a lo largo de tres siglos. Cada línea generacional, desde el centro hacia fuera, representa la misma alma en cuerpos diferentes.

En La Vida entre Vidas,  escribí un capítulo que citaba ejemplos de este tipo de preparación para el viaje. Las almas compañeras no siempre se reúnen antes de partir. En ese caso, dependiendo del karma involucrado, algunas veces un alma sabe más que la otra sobre su futuro encuentro, y la apariencia que esa persona tendrá. Este es un corto ejemplo de un alma compañera estudiando el encuentro con su futura esposa.

Se me permitió ver a mi esposa en un cuarto de proyección para la siguiente vida. Era una atractiva instructora de ejercicios aeróbicos, que conocería en un gimnasio. Estudié, cuidadosamente, su cuerpo y sus rasgos faciales, pues no quería arruinar nuestro encuentro como hice en mi vida anterior. El perfume de su cuerpo bañado en sudor se incrustó en mi mente, sus gestos, su sonrisa y, sobre todo, sus ojos. El momento del encuentro en esta vida fue como el de dos imanes atrayéndose mutuamente.

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