Capítulo
7. Dinámicas Comunitarias.
Veamos la Tipología de Almas en la Comunidad Espiritual.
Las Almas Compañeras.
El
período comprendido entre el primer y el segundo encuentro con el Consejo, es
de renovación para el alma. Como seres etéreos, nuestro desarrollo y
crecimiento comienza, en realidad, en la esfera mental del mundo del espíritu
junto con otras almas, antes de que alguno de nosotros encarne. De este modo,
mientras que nuestro ser interior es excepcionalmente único e individual, una
parte vital de la vida espiritual, entre encarnaciones, se consagra a las
relaciones de empatía con otras almas. Así, nuestro desarrollo como almas llega
a ser, también, colectivo. Parte de la expresión de esa colectividad consiste
en la asociación que tenemos con otras almas en una realidad material, como es,
la Tierra. Durante la reencarnación, los sentimientos de proximidad que las
almas experimentan entre sí, en el ámbito mental, se ponen, severamente, a
prueba por retos kármicos en los cuerpos que ocupan. La interrupción de esta
dichosa existencia mental es uno de los medios con los que los maestros
espirituales amplían nuestra conciencia.
He
escuchado muchas, e intrigantes, historias de amor de vidas pasadas entre almas
compañeras que han atravesado el tiempo y el espacio para reencontrarse en una
nueva vida terrenal. He aquí unos pocos ejemplos:
Aquél, en el que el amor fue tormentoso. Una cultura
de la Edad de Piedra, en la que el lascivo jefe del clan yacía regularmente con
la pareja de mi cliente y luego se la devolvía.
Aquél, en el que el amor fue imposible. Una esclava
en la antigua Roma, que servía comida a los gladiadores. Uno de ellos, que ella
amaba, le declaró amor eterno la noche anterior a morir sobre la arena.
Aquél, en el que el amor fue cruel. Una firme
flagelación hasta la muerte, en las mazmorras de un castillo medieval,
administrada por un noble a mi cliente, al haber sido sorprendido, con su hija,
en su lugar de encuentros clandestinos.
Aquél, en el que el amor fue heroico. Mi cliente, un
muchacho polinesio, se ahogó después de salvar a su novia, (de hacía sólo unas
pocas horas), cuando la canoa en la que viajaban fue golpeada por una repentina
tormenta, hace tres siglos.
Aquél, en el que el
amor fue letal. Cuando mi cliente, un marido alemán de la Europa del siglo 18, apuñaló a su
esposa en un arrebato de celos por considerarla infiel. Falsamente acusada por
los chismosos de la localidad, murió proclamando su inocencia, diciendo que
sólo a él amaba.
Aquél, en el que el amor fue inclemente. Un veterano
de la guerra civil norteamericana regresa a casa para encontrar que su
solitaria esposa, viuda por haber sido declarado oficialmente muerto, se había
desposado con su hermano, un año después de la declaración de fallecimiento.
Las parejas implicadas en
estos ejemplos, hoy en día se encuentran felizmente casadas. Las pasadas
experiencias en cada una de sus vidas anteriores les han preparado para las
siguientes, y han fortalecido sus vínculos como compañeras espirituales. Las
regresiones a vidas pasadas generan información de interés sobre el
emparejamiento de las almas pero, el situar a estos clientes entre sus vidas,
les ha proporcionado una mayor perspectiva sobre sus relaciones.
Existen muchos retos envueltos en el
estuche del amor. Mezcladas con aquellas vidas en las que hemos disfrutado una
larga y feliz existencia con nuestros compañeros espirituales, se encuentran
aquellas otras en las que destruimos la relación, o fuimos devastados por las
acciones de nuestro compañero espiritual. En las vidas difíciles con las almas
compañeras, algo resistió en el camino de la aceptación del amor. Las
relaciones con almas compañeras pueden traer, tanto alegría como dolor, pero de
ambos aspectos aprendemos. Siempre existen razones kármicas tras los sucesos
serios que implican relaciones en nuestras vidas.
Tuve una cliente, de nombre Váleri, que
vivió como mujer hermosa en la China de hace dos siglos. En esa vida, rechazó a
su alma compañera primaria, el hombre por quien más se interesaba, porque discutía
con ella y se negaba a alimentar su vanidad, mientras que otros se desvivían
por hacerlo. "Además", me relató en trance, "era tan desgarbado
y de aspecto tan basto que me avergonzaba que me viesen con él, por lo que los
demás pudieran pensar. Llena de orgullo, despecho, y con sentimientos de saber
que lo que hacía era lo correcto, me casé con un hombre apuesto, que atendió
todos mis antojos. Perdí la felicidad que pudo haber sido mía".
En su siguiente vida, en la América del
siglo 19, Váleri
fue la hija de un jefe indio Cherokee que le ordenó casar con el hijo de otro
jefe, como parte de un trato entre tribus. Después de aceptar los deseos de su
padre, este hombre la rechazó físicamente, e hizo su vida miserable. El
guerrero de su propia tribu, a quien en realidad amaba, era aquel mismo
compañero espiritual que rechazare cuando vivió en China. Al retornar al mundo
del espíritu, después de su muerte como
india, Váleri me dijo.
Mi
amado y yo pudimos haber huido juntos. Pero, aparte del enorme peligro que esto
implicaba, algo en mi interior me decía que tenía que soportar lo que mi padre
había planeado. Ahora veo que era una prueba. En el trato, tenemos la capacidad
de lastimar, severamente, a la persona que nos ama, y también a nosotros
mimos. Mi vida como Cherokee fue un recordatorio de
mi orgullo y vanidad, como china.
Estar con la persona,
"equivocada", durante un período de la vida no quiere decir que ese
tiempo se haya desperdiciado. La relación, probablemente, fue planeada con
anticipación. De hecho, en el mundo del espíritu, es posible encontrar a esa
alma de nuevo pero en fulgor diferente. Esto fue cierto con el hombre con quien mi cliente fue obligada a
casar en su vida india. Su alma pertenecía a un grupo vecino del de Váleri. El
alma de los hombres que Váleri amó en sus dos vidas anteriores se ha vuelto a
unir con ella en el siglo 20,
ahora como esposo. Debo agregar que Linda, la mejor amiga de Váleri en
su vida actual y miembro de su mismo grupo espiritual primario, se convirtió en
la compañera del guerrero Cherokee que Váleri amaba durante su vida india.
Después de nuestra sesión, Váleri hizo una mueca, mientras me decía,
"ahora entiendo por qué me siento un poco incómoda viendo a Linda cerca de mi esposo".
Antes de proseguir, creo que sería buena
idea considerar algunas ramificaciones involucradas en la experiencia mágica de
encontrar un compañero espiritual. Cuando, por primera vez, me siento con un cliente
y establecemos un buen entendimiento, pregunto sobre sus relaciones pasadas y
actuales, que han tenido significado en su vida. De esta forma, adquiero una
idea del reparto de personajes que aparecerán en la obra de su vida actual.
Puesto que estaré sentado en primera
fila, a medida que la trama se desarrolle, quiero conocer el programa de la
obra.
Una vez bajo profundo trance, muchas
conexiones del alma se manifestarán con claridad. Las personas en el reparto de
mi cliente pueden ser amantes, amistades, parientes, mentores o socios.
Nuestras relaciones con las personas pueden desarrollarse de muchas maneras en
la vida, y normalmente involucran tanto a almas de otros grupos como del
propio. Generalmente, mis clientes tienen el fuerte deseo de identificar estas
conexiones espirituales en su vida actual aunque, la mayoría, tiene una buena idea
de quiénes son.
En un sentido amplio, el
amor es afecto que puede tomar muchas formas. Siempre hay una conexión mental,
de uno u otro tipo, con el alma compañera, sin importar el papel que ésta
juegue. En cada vida nos conectamos con personas, a muchos niveles, por multitud
de razones, (y lecciones), kármicas. Cuando la amistad se enciende, se
convierte en amor pero donde no hay amistad, un amor profundo no puede prosperar.
Esto es muy diferente del encaprichamiento que existe a nivel superficial,
cuando se tienen esas molestas dudas sobre si la conexión establecida tiene
algún significado real. Sin la confianza, la intimidad sufre y el amor no puede
crecer ya que el amor es la aceptación de todas las imperfecciones de nuestra
pareja. El verdadero amor te hace mejor de lo que serías sin esa persona en tu
vida.
A menudo, las personas igualan el amor con
la felicidad. Sin embargo, la felicidad es un estado de la mente que se debe
desarrollar en el interior de cada uno de nosotros, y no depender de nadie más. El tipo más saludable
de amor es aquél en el que nos sentimos bien por nosotros mismos y, por lo
tanto, el extenderlo hacia alguien más constituye algo desinteresado. El amor
implica un duro esfuerzo, y un constante mantenimiento. He tenido numerosos clientes
divorciados que han aprendido que su primer amor era un compañero espiritual
primario. Las cosas podrían haber funcionado si ambas partes lo hubieran
intentado con mayor esfuerzo.
Por otra parte, pueden existir razones
para que encontremos a nuestra alma compañera mas tarde de lo esperable. La
almas compañeras, de vez en cuando, se separan durante una o dos vidas,
desapareciendo por completo. "Mi compañero espiritual y yo, nos estábamos
volviendo muy dependientes el uno del otro, necesitábamos crecer, un poco, por
nosotros mismos". Este es un comentario que escucho frecuentemente, cuando
los compañeros espirituales se encuentran separados. Cada época en la Tierra es
diferente en cuanto al tipo de relación y experiencias que tendremos con un alma
compañera. Sin embargo, cada vida con ellos se construye sobre las vidas
anteriores.
Aprendemos valiosas
lecciones a partir de relaciones rotas. Lo importante es seguir moviéndonos en
la vida. Antes de su sesión, algunos clientes me dicen que el verdadero amor
parece eludirles. Sin embargo, tras la misma, generalmente el interesado comprende
las razones que se encuentran detrás de esa situación. Si el amor indicado no
le acompaña, libérese de esa presión comprendiendo que, quizás, usted se
encuentra aquí para aprender otras lecciones. Equivocadamente, asumimos que
aquellas personas que escogen vivir solas son solitarias cuando, en realidad,
poseen ricas existencias, calmadas, reflexivas y productivas. Conectarnos con
alguien por quien no sentimos amor, por el único fin de no estar solos,
representa más soledad que el vivir solos. Como dice la canción,
"enamorarse del amor es enamorarse de una ficción". Esta clase de
amor es una fantasía porque se guía de la adicción de poseer amor a cualquier
precio. Si su compañero espiritual ha de aparecer, lo hará y, probablemente, en
el momento que menos se espera.
Tras muchos años de contacto con almas
en el mundo del espíritu, he desarrollado medios para clasificar a las almas
compañeras. Posiciono a cada alma dentro de una de las tres categorías posibles,
que se apoyan en el tipo de relación que mantengan con nosotros en el drama de
la vida. No se incluyen, en estas tres divisiones, a los guías y a otros seres
que vienen de áreas espirituales más allá de la nuestra.
Almas Compañeras Primarias.
Una
alma compañera primaria o, si se prefiere, un compañero espiritual primario, se
nos presenta como una compañía cercana y afianzada. Esta compañía podría ser nuestra
esposa, hermano o hermana, un gran amigo u, ocasionalmente, un padre. Ninguna
otra alma es más importante para nosotros que un alma compañera primaria, y
cuando mis clientes me describen sus vidas con estas almas como pareja, la
mayoría reconoce que su existencia se enriqueció, gracias a ellas, más allá de
cualquier medida. Una de las mayores motivaciones de las almas para encarnar,
es la oportunidad de expresarse en forma física. Esto es, sin duda, un
atractivo para las almas compañeras primarias. Pueden cambiar de género, entre
una y otra vida, cuando son almas avanzadas. El alma normal prefiere un género,
frente al otro, en un 75 por ciento de su tiempo.
Una alma compañera
primaria no debe confundirse con el uso del término "grupo espiritual
primario," que designa una agrupación en la que muchas almas interactúan, unas
con otras, como en una familia. Las personas utilizan el término, “alma
compañera verdadera”, para definir a su compañero primario, lo cual está bien
siempre que no implique que todas las demás almas sean algo menos que
verdaderas. Los desacuerdos con personas de mi campo de estudio, que se
relacionan con el uso de estos términos, son a menudo más simbólicos que
textuales pero, no obstante, quiero mencionar otro concepto relacionado con las
almas compañeras que me molesta.
En mis giras se me pregunta acerca de
cómo mis descripciones de las almas compañeras primarias y mi afirmación sobre
la dualidad del alma se relaciona con la llamada, teoría de las almas gemelas. Mi respuesta es que no se relacionan. He
mencionado cómo somos capaces de dividir nuestra energía espiritual para vivir
existencias paralelas aunque, la mayoría de las almas, no desean acelerar su
aprendizaje de ese modo. También he afirmado que esta capacidad de dividir la
energía nos permite dejar parte de ella tras nosotros, en el mundo del
espíritu, una porción que es un duplicado exacto de la parte encarnada. Casi
todas las almas se empeñan en esta práctica, y ello representa la dualidad del
alma. Mis hallazgos sobre las relaciones entre almas compañera primarias, y la
capacidad del alma para dividirse, no tienen correlación con la teoría del alma
llamada gemela. Evidentemente, mi verdad es solo mía, pero debo ser rotundo al
decir que, en mi investigación, nunca he encontrado la más mínima prueba que
apoye el concepto de almas gemelas.
Tal como entiendo la teoría de las almas
gemelas, usted y su alma gemela se crearon al mismo tiempo, a partir de un
huevo de energía, para ser separados a continuación, permaneciendo en ese
estado de alejamiento hasta que completen sus respectivas encarnaciones
kármicas. Recuerdo que clientes, como el del caso 26, me dijeron que dos almas nunca eran iguales en
el momento de la creación. Cada partícula de energía es única en sí misma y se
crea como una entidad singular. Lo que me resulta ilógico de la teoría de las
almas gemelas es el de porqué habríamos de tener un alma compañera, con la que
no podríamos trabajar nuestras lecciones kármicas, hasta alcanzar un estado de
perfección. Las almas compañeras primarias, o verdaderas, existen para
colaborar mutuamente entre sí en el logro de metas. No son almas gemelas.
Almas Acompañantes.
Nuestra
alma compañera primaria es nuestra eterna socia, pero existen otras en nuestro
grupo espiritual primario que también pueden considerarse como almas compañeras.
En esencia, son nuestras almas, de acompañamiento. Estas almas presentan
diferencias en carácter y variedad de aptitudes, que se complementan con otras
almas, tal y como muchas de mis historias relatan en los casos presentados.
Dentro de este grupo de almas, normalmente existe un círculo interior de ellas
que están especialmente próximas a nosotros, y que juegan un papel importante
de apoyo en nuestras vidas, de igual forma que nosotros lo hacemos en las
suyas. El número varía, pero el cliente normal presenta desde tres a cinco
almas en su círculo de relaciones más interno.
Aunque las almas acompañantes de un
grupo espiritual se inician juntas tienen diferentes niveles de desarrollo. Eso
tiene mucho que ver con su conducta, motivación y talento personales. Cada alma
posee ciertas fortalezas que sus acompañantes pueden aprovechar durante las
encarnaciones del grupo. A pesar de que el grupo se hace más pequeño cuando algunas
se marchan para realizar diferentes especializaciones nunca pierden el contacto
entre sí.
Almas Asociadas.
Esta clasificación de almas se aplica a miembros de
grupos secundarios, aquéllos externos al grupo primario, que se localizan en la
misma vecindad espiritual. Como ya mencioné en el capítulo 5, en la figura 1,
los grupos secundarios que rodean al grupo primario pueden alcanzar hasta 1.000,
o más, almas. Muchos de estos grupos trabajan en aulas cercanas a las nuestras.
Hay ciertas almas asociadas en otros grupos que se seleccionan para trabajar
con nosotros, y que llegaremos a conocer durante muchas vidas, mientras que
otras cruzarán nuestro camino de manera breve. Muy a menudo, nuestros padres
provienen de estos grupos cercanos.
En términos de
interacción social en el mundo del espíritu, al igual que ocurre con el
contacto durante las encarnaciones físicas, las almas de un grupo pueden tener poca
o ninguna asociación con muchas de las almas de un grupo secundario. En un
contexto más amplio, todas las almas de grupos secundarios se asocian, de una u
otra manera, pero mis clientes no las consideran como almas compañeras. A pesar
de que éstas no lo son, constituyen un gran conjunto de sujetos disponibles
para ser seleccionados por nuestros directores de teatro de la obra, es decir,
de la vida, en que participaremos. Un alma asociada puede tener características
específicas, que son las que se requieren para ofrecernos una lección kármica dentro
de nuestra vida. Generalmente, encarnan en personas que conllevan una fuerte
energía, positiva o negativa, en su asociación con nosotros. Estas decisiones
dependen de los acuerdos precedentes, entre las partes y sus respectivos
maestros, en relación con los beneficios y desventajas del carácter de ciertas
personificaciones.
El papel, la personificación a adoptar,
puede ser muy breve. El lector puede recordar el incidente de la parada de
autobús, relatado por el sujeto del caso 39. En este caso, el auxilio que se
dio a la mujer fue, más bien, espontáneo y considero que no se trataba de un
alma asociada. Citaré un ejemplo de un contacto breve, y positivo, relatado por
un cliente que encontró a un alma claramente asociada.
Caminaba
sola por la playa, completamente hundida, por haber sido despedida de mi
trabajo. Un hombre apareció y entablamos conversación. No le conocía, y nunca
más volvería a verlo en esa vida. Pero esa tarde se me apareció y, con
facilidad, hablamos. Me sentí descargando mis problemas en ese extraño. Me
calmó y me dio una mayor perspectiva de mi situación laboral. Después de,
aproximadamente, una hora se marchó. Ahora sé que era un conocido de otro grupo
en el mundo del espíritu. No fue un accidente que tropezáramos aquel día. Él me
fue enviado.
Sin embargo, es con las almas compañeras
con las que experimentamos nuestros más profundos contactos. Mientras consideraba
escribir este libro, muchas personas me pidieron que me asegurara, y les
contara un caso detallado de historia de amor entre almas compañeras primarias.
Siendo, como soy, un romántico, esta petición
fue irresistible.
Caso 46.
Había un tono de urgencia en la
voz de Maurín cuando me llamó para pedir cita. Esto ocurrió tiempo antes de tener
una lista de espera de más de un año. Maurín vivía cerca de mi oficina, en
California, y preguntaba si podría atenderla, junto con un amigo que venía de
Nueva York para verla por primera vez. Le pregunté por este amigo que nunca
había visto, y me contó la siguiente historia.
Tres meses antes, en una página web de
la red internet, un grupo de veinticinco personas, interesadas en el tema de la
vida después de la muerte, formaron lo que en el lenguaje de la red se conoce como
"chat rum" o “lugar de charla”. Las conversaciones se realizan en directo,
por medio de la red mundial de servidores y ordenadores, y en ellas participan
aquellas personas con intereses similares. Todo esto se me explicó, pues tengo
pocos conocimientos informáticos. Maurín me contó que ella, y un hombre de
nombre Déil, encontraron que estaban muy sintonizados en sus conversaciones
sobre el tema de las almas compañeras, y que se sentían conectados de una forma
extraña. Agregó que era misteriosa la forma en la que Déil reflejaba los
pensamientos que ella tenía, así que decidieron crear su propio lugar de charla
para conversar por medio de la red.
Maurín y Déil se enteraron de que habían
nacido, con sólo unos pocos meses de diferencia, cincuenta años antes y en los
alrededores de San Francisco. Hablaron de sus matrimonios fallidos, y el mutuo sentimiento
de una inexplicable tristeza relacionada con la búsqueda de algo que no habían
encontrado, y que abriría la puerta de sus corazones. Sus conversaciones se
centraban, principalmente, en la vida después de la muerte, y Déil mencionó
haber leído mi trabajo. Pronto, ambos decidieron conocerse personalmente en
California, y visitarme para realizar una sesión de regresión combinada y
simultánea.
Estuve
de acuerdo en darles una cita que resultó tener lugar el día después de su
encuentro. Llegaron a mi oficina con sus ojos brillando como estrellas, y advertí
que ya estaban en estado de trance y que no me necesitaban. En el momento en
que se vieron por primera vez hubo un reconocimiento instantáneo. Maurín dijo,
"la forma en que nos sonreímos, la expresión en nuestros ojos, el sonido
de nuestras risas, la conexión vibrante que sentimos al darnos la mano, crearon
una euforia, tan fuerte, que nos abstraímos de todo cuanto nos rodeaba".
Relataré este caso desde
la perspectiva de Maurín, ya que ella fue mi contacto inicial. Durante la toma
de contacto, supe que había momentos en su vida en que tenía la sensación de
haber vivido situaciones en el pasado, cuando escuchaba música de los años veinte
o veía bailarinas danzando charlestón, con los trajes de moda de aquella época.
Maurín también me comentó que, desde su niñez, se había visto desazonada por la
pesadilla, recurrente, de una muerte súbita.
Tengo por costumbre llevar a mis clientes
al mundo del espíritu después de su última vida, de tal forma que no se pierdan
las maravillas naturales de la llegada al mundo del espíritu. Las ventajas de
esta técnica de hipnosis son muchas, incluyendo la de saber si las impresiones
desorganizadas de un cuerpo de la vida anterior se transmitieron al cuerpo
actual del cliente. Acelerar este proceso, llevando los clientes directa y
abruptamente al mundo del espíritu, por ejemplo desde el vientre de la madre,
genera su llegada con desorientación. Sería como llevar a alguien a la parte
trasera de una casa y pedirle que describa la parte del frente. Este
procedimiento acelerado para entrar al mundo del espíritu también causaría la
omisión de variedad de estaciones de orientación. Estas paradas, (en las
estaciones o lugares de orientación), pueden ser vitales si la muerte que
precede a la entrada fue repentina y traumática. Al no evitarse las escenas de
muerte, el cliente está mejor protegido contra los recuerdos físicos dolorosos.
Siguiendo mi criterio de
movernos a la escena más significativa de su vida anterior, Maurín me llevó a
los sucesos que condujeron a su muerte. Esto es, a menudo, señal de problemas a
la vista y el facilitador de la regresión debe estar preparado para tratar con
estas escenas, que pueden resultar horrendas para el cliente. Lo que sigue es
una versión condensada de la historia de Maurín.
Niúton. ¿Es usted hombre
o mujer?
SUJETO. En realidad, una
chica.
Niúton. ¿Cuál es su
nombre?
SUJETO. Samánza. Mas
bien, Sam.
Niúton. ¿Dónde está, y
qué hace, en este momento?
SUJETO. Estoy ante el
tocador de mi habitación, arreglándome para ir de fiesta.
Niúton. ¿De qué fiesta
se trata?
SUJETO. (pausa, luego
una ligera sonrisa). Es, para mí, hoy cumplo dieciocho años y mis padres
celebran mi presentación en sociedad.
Niúton. Bueno, feliz
cumpleaños, Sam. ¿Qué fecha es hoy?
SUJETO. (después corta duda).
26 de julio de 1923.
Niúton. Ya que se
encuentra en el tocador, me gustaría que se observara en el espejo y describiera
lo que ve.
SUJETO. Soy rubia, con
el cabello recogido en lo alto. Llevo vestido blanco de seda. Es mi primer
traje de fiesta de adulto. Voy a calzarme mis nuevos zapatos de tacón alto.
Niúton. Suena demoledor.
SUJETO. (con consciente
sonrisa). Mejor que Rick piense así.
Niúton. ¿Quién es Rick?
SUJETO. (ahora distraída
y ruborizada). Rick es, mi chico, mi pareja para esta noche. Debo terminar de
maquillarme, pronto estará aquí.
Niúton. Escúcheme Sam,
estoy seguro de que puede hablarme mientras termina de maquillarse porque no la
retrasaré. Dígame, ¿tiene intenciones serias con Rick?
SUJETO. (se sonroja de
nuevo). Sí, pero no quiero parecer demasiado ansiosa. Me estoy haciendo la
difícil. Rick se cree muy atractivo, pero sé que yo le gusto.
Niúton. Veo que es una
fiesta importante. Supongo que pronto hará sonar la bocina para que salga corriendo a su automóvil.
SUJETO. (incómoda). ¡Por
supuesto que no! A él le gustaría eso, claro, pero tendrá que tocar al timbre
de la puerta, de manera educada, y la doncella le dejará entrar y le hará esperar
por mí, en el piso de abajo.
Niúton. Entonces, ¿la fiesta es a cierta distancia de su casa?
SUJETO. No muy lejos, en
una elegante mansión del centro de San Francisco.
Niúton. Muy bien, Sam, Ahora
avancemos en el tiempo y vayamos a la
fiesta. Explíqueme qué sucede.
SUJETO. (regocijada). ¡Lo
paso de maravilla! Rick se ve bellísimo, por supuesto. Mis padres y sus amigos
me dicen lo crecida que parezco. Hay música, baile, muchos de mis amigos me
felicitan, y... (El rostro de mi cliente se oscurece fugazmente), hay mucha bebida, mis padres no saben eso.
Niúton. ¿Eso le preocupa?
SUJETO. (luchando contra
nuevos sentimientos, se pasa la mano, rápidamente, por su cabello y vuelve al
momento). La bebida siempre forma parte de estas reuniones, nos pone alegresl
pero nada cuidadosos. También estoy bebiendo. Rick, y algunos de sus amigos, preparan
a escondidas licor.
Niúton. Movámonos al
siguiente suceso significativo de esta velada y explíqueme lo que está
sucediendo.
SUJETO. (el rostro de mi
cliente se suaviza, y su voz es más pausada). Rick y yo bailamos, me aprieta
tan cerca suyo, estamos, excitados, me susurra al oído que deberíamos
escabullirnos de la fiesta, para estar a solas un rato.
Niúton. Y eso ¿cómo la
hace sentir, Samánza?
SUJETO. Excitada, pero
algo parece retenerme, lo supero, lo
hago premeditadamente. Asumo que es fruto del sentimiento de desaprobación de
padres, pero aun siento que hay algo más. Lo sacudo de mi cabeza en favor de la
excitación del momento.
Niúton. Permanezca con
esta emoción. ¿Qué sucede ahora?
SUJETO. Nos marchamos
por una salida lateral, para evitar que nos vean, y nos dirigimos al automóvil
de Rick. Es un hermoso deportivo rojo convertible. Es una noche maravillosa, y
la capota la tiene bajada.
Niúton. ¿Qué hacen,
usted y Rick, a continuación?
SUJETO. Subimos al auto.
Rick me retira los alfileres del cabello y éste se suelta libre. Me besa
profundamente. Rick quiere lucirse, hacemos rugir el automóvil camino de la vía
principal.
Niúton. ¿Puede describir
la localización de la calle, y la dirección que toman?
SUJETO. (con creciente
nerviosismo). Vamos hacia el sur, bajando la carretera costera del Pacífico,
saliendo de San Francisco.
Niúton. ¿Qué le parece
el paseo, Sam?
SUJETO. (durante un
breve momento, la cliente parece liberarse de sus premoniciones). Me siento tan
viva. Es una noche cálida, y el viento en mi cabello hace volar mis trenzas
sobre mi rostro. Rick me rodea con un brazo, me apretuja y dice que soy la
chica más bella del mundo. Sabemos que estamos enamorados.
Niúton. (noto que las
manos de mi cliente comienzan a agitarse y que su cuerpo se pone rígido. Tomo
su mano porque sospecho lo que viene). Ahora Samánza, quiero que comprenda que,
mientras me hable, yo estaré con usted en cada etapa del camino, y que puedo
ayudarla, rápidamente, si algo sucediera. Lo sabe, ¿verdad?
SUJETO. (débilmente).
Sí.
Niúton. Vamos al momento
en que las cosas comienzan a cambiar durante este paseo con Rick, y describa la
acción.
SUJETO. (ahora todo el
cuerpo de la cliente comienza a convulsionarse). Rick ha bebido demasiado, y la
carretera tiene demasiadas curvas. Los giros son más bruscos y Rick sólo tiene
una mano sobre el volante. Estamos cerca de una zona escarpada, cerca del
océano, hay un acantilado,. perdemos el control del auto. (ahora mi cliente
grita). ¡RICK, FRENA!
Niúton. ¿Lo hace?
SUJETO. (ahora llorando).
DIOS, NO. ¡NO LO HACE! EL SE RÍE Y ME MIRA, NO MIRA LA CARRETERA.
Niúton. Rápido, Sam,
siga adelante.
SUJETO. (sollozando).
Perdemos la siguiente curva, el automóvil surca el aire,. caemos al océano,
estoy muriendo, el agua,. tan fría,. no puedo respirar, Oh, Rick. Rick,
Nos
detenemos mientras inicio una rápida desensibización de este recuerdo
traumático, al mismo tiempo que sacamos el alma de Samánza de su cuerpo físico.
Le recuerdo que ha pasado por muchas muertes, y que estará bien. Samánza
explica que es renuente a morir porque su vida sólo comenzaba. No quería dejar
a Rick, pero la sensación que tiraba de ella, para sacarla fuera del océano,
era, "demasiado insistente".
Cuando comencé mi investigación sobre
las almas, asumía que cuando dos personas, como fue el caso de Samánza y Rick,
morían juntas, también entraban juntas al mundo del espíritu. He encontrado que
esto no es cierto, con una excepción. Los niños pequeños que mueren junto con
quien les ama, se elevan con esa persona. Más adelante, en el capítulo 9,
trabajaremos este asunto, bajo el epígrafe de las almas de los jóvenes. He
encontrado que, incluso cuando mueren al mismo tiempo, las almas compañeras
primarias normalmente, ascenderán, cada una, por rutas diferentes. Sentí que
esta pérdida de compañía era un poco triste hasta que me aclararon que las
almas son recibidas por sus guías y amigos del mundo del espíritu, en el lugar
y momento apropiados. Cada alma requiere su propia razón de ascenso, lo cual
incluye paradas de orientación y renovación de la energía, incluso retornando
al mismo grupo de almas, como fue el caso de Rick y Samánza.
Niúton. ¿Ve a Rick por
alguna parte?
SUJETO. No, intento
resistirme a la fuerza que tira de mí, que quiere voltear mi rostro hacia
arriba. Quiero continuar mirando el fondo del océano, quiero ayudar a Rick.
Niúton. ¿Esta fuerza, finalmente,
la gira en la dirección adecuada y la aleja del Océano Pacífico?
SUJETO. (la cliente,
ahora está calmada y resignada, pero también apesadumbrada). Si, ahora estoy
lejos, sobre la Tierra.
Niúton. (Esta es una
pregunta que, normalmente, le hago a mis clientes). ¿Querría despedirse de sus
padres antes de alejarse más?
SUJETO. No, no ahora. Más
tarde lo haré, ahora sólo quiero irme.
Niúton. Entiendo.
Dígame, Samánza, ¿qué es lo próximo que ve?
SUJETO. El ojo de un
túnel, abriéndose y cerrándose, coordinando su movimiento con el mío. Paso a
través de él y me siento mucho más ligera. Ahora todo es tan brillante. Alguien
con túnica se acerca.
En la sesión con Déil,
supimos que él era Rick, y sus recuerdos corroboraron los de Maurín. Mientras Samánza,
aparentemente, vivió solo algunos segundos tras el accidente, y ascendió desde
el océano, el alma de Rick salió del apuro mientras el automóvil aun estaba en
el aire. A modo de anécdota, cuando relaté esta historia ante una audiencia de
la ciudad de Dálas, una dama recriminó, ruidosamente, "¡así son los
hombres!". Le contesté que cuando la mente sabe que no hay oportunidad de
sobrevivir a una destrucción inminente del cuerpo, las almas pueden abandonarlo
instantes antes de que la muerte real se produzca. De esta manera el alma
emerge al mundo del espíritu con su energía más intacta.
Después de que las
sesiones con Déil y Maurín se completaron, me reuní con estas almas compañeras
primarias para revisar lo aprendido. Maurín explicó que, cada vez que conducía
por la Autopista Uno, al sur de San Francisco, inexplicablemente se ponía
nerviosa y aprensiva en cierto tramo de la ruta costera. Ahora sabía por qué. Ante
esto, tengo la esperanza de que la desprogramación de la escena de su muerte,
en 1923, también acabará con las pesadillas recurrentes. Un mes más tarde, Maurín
me escribió confirmando que la pesadilla, finalmente, había desaparecido.
Las maravillas de la sincronicidad se
hicieron evidentes en este caso cuando Déil me contó que, una de las razones
por las que había dejado el lugar donde nació, era la incomodidad que sentía
conduciendo por los alrededores de San Francisco. Usted pensará que el tiempo
que pasamos en el mundo del espíritu, entre las vidas terrenales, debería
eliminar todos los efectos residuales de las experiencias de nuestras vidas
pasadas. En la mayoría de los casos así es pero, como ya dije, algunas personas
arrastran impresiones corporales, físicas y emocionales, de una vida a la
siguiente. Esto es especialmente cierto si esa huella conlleva una particular
lección kármica en la vida por venir.
¿Por qué estas almas compañeras primarias,
estuvieron separadas durante cincuenta años? Para entenderlo debemos comenzar
con la dinámica de su grupo espiritual. Déil y Maurín vienen de un grupo de doce
almas de nivel 1. En
diversos grados, estas almas son apasionadas, luchadoras y osadas. Su guía,
regularmente las lleva a grupos vecinos para que observen cómo funcionan otros
grupos con mayor paz y armonía. Déil y Maurín comentaron que estas visitas eran
interesantes, pero que encontraban a las almas pacíficas, "una especie
aburrida". Ciertamente, hay miembros de su grupo que son menos inquietos,
pero Rick/Déil, no es uno de ellos. En su vida actual, fue comando del ejército
estadounidense y participó en tres incursiones en Vietnam. "Nunca esperé
volver", me dijo, "y eso habría estado bien". Puesto que le
gusta vivir en el filo de la navaja, dejó el servicio militar porque ser
soldado, en tiempos de paz, le resultaba demasiado aburrido.
Después del accidente
automovilístico de 1923, el guía superior del grupo retuvo al alma de Rick, que
pasó, considerablemente, más tiempo en interrogatorios y orientación que Samánza.
Tras esto, Rick volvió al grupo muy consternado. En una tierna escena de caricia
energética, Rick dijo a su alma compañera primaria cuán pesaroso estaba por
haber truncado la corta vida de Samánza. De la sesión, no quedó claro cuánto
sabían los dos sobre la posibilidad de un accidente futuro. Mis clientes han
sido amantes en numerosas vidas pasadas, muchas de ellas en situaciones de
crisis. Aunque Déil y Maurín encarnaron al mismo tiempo en esta vida, y en el
mismo lugar que en la década de 1920, no estaban destinados a encontrarse
durante la juventud. La misma experiencia sensorial y energía emocional de esta
localización geográfica, simplemente, eran parte de las condiciones para
encontrarse mucho mas tarde, en su vida actual.
Estos compañeros espirituales sabían que, en sus
vidas presentes, las condiciones para su encuentro no serían las mejores hasta
después de que pasaran muchos años. Déil necesitaba sentir la frustración de
años de espera por la mujer adecuada. Él ya no es un hombre descuidado ni
irresponsable. Samánza/Maurín, también requería la madurez que no alcanzó a
tener cuando mantuvo aquella relación con Rick, en la década de 1920. Ni Déil
ni Mauren dan la vida por hecha, en este punto de su unión sentimental. Han
pasado por muchas roturas de corazón, sin la compañía del otro. Mi trabajo con
esta pareja terminó con ambos haciendo, esencialmente, la misma aseveración. Maurín
dijo, "estamos completando nuestra sanación mediante un inequívoco respeto
por la santidad de la vida y la importancia del perdón. Ahora que conocemos el
significado de la pérdida, vamos a atesorar el tiempo que hemos dejado para
estar juntos en esta vida".
Antes de cerrar esta sección dedicada a
las almas compañeras primarias, debo añadir que muchas de estas almas tienen
clases de preparación antes de su siguiente encarnación. Una característica de
este ensayo con nuestros guías, es el repaso final a los asuntos importantes
que se presentarán en la vida por venir. Un aspecto de esta clase preparatoria
podría, incluso, incluir a las dos almas compañeras marchándo solas y
enviándose, mutuamente, imágenes visuales del aspecto que tendrán en sus nuevos
cuerpos humanos, y bajo qué circunstancias llegarán a reencontrarse.
Nota,
se enseña la Figura 10, sobre Genealogía Espiritual y Humana
Este
diagrama en red, ilustra los compañeros espirituales primarios, las almas
acompañantes y las almas asociadas que han encarnado en cuerpos relacionados
con mi cliente, Ruz, a lo largo de tres siglos. Cada línea generacional, desde
el centro hacia fuera, representa la misma alma en cuerpos diferentes.
En La
Vida entre Vidas, escribí un
capítulo que citaba ejemplos de este tipo de preparación para el viaje. Las
almas compañeras no siempre se reúnen antes de partir. En ese caso, dependiendo
del karma involucrado, algunas veces un alma sabe más que la otra sobre su
futuro encuentro, y la apariencia que esa persona tendrá. Este es un corto
ejemplo de un alma compañera estudiando el encuentro con su futura esposa.
Se me permitió ver a mi esposa en un cuarto de proyección para la
siguiente vida. Era una atractiva instructora de ejercicios aeróbicos, que
conocería en un gimnasio. Estudié, cuidadosamente, su cuerpo y sus rasgos
faciales, pues no quería arruinar nuestro encuentro como hice en mi vida
anterior. El perfume de su cuerpo bañado en sudor se incrustó en mi mente, sus
gestos, su sonrisa y, sobre todo, sus ojos. El momento del encuentro en esta
vida fue como el de dos imanes atrayéndose mutuamente.
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